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Mary-Kate Olsen, de mochila. Nada que ver con la de cocodrilo del Nilo que ella y su hermana han diseñado y que cuesta 55.000 dólares. |
Cuando las bonitas Sachel aún no nos han abandonado, las calles de Londres han aceptado la mochila como complemento de moda. Este denostado accesorio, que muchas llevamos en los 80 y que siempre hemos relacionado con nuestras excursiones a la montaña, es el 'must have' en Londres.
Pero no se trata de aquellas mochilas que solíamos llenar de libros y cosas para ir al instituto, sino una reedición del clásico backpack en una versión más sofisticada y chic para ser cargadas como auténticos bolsos.
Desde las diseñadas por la mítica firma Herschel o Fjällräven y, en otro nivel, Longchamp o Christophe Lemaire para Hermès, son dignas alternativas de las tradicionales apuestas con aire excursionista.